martes, 8 de noviembre de 2011

Manual Explicativo: Mecanismo de Solidaridad

Tras la última columna publicada, muchos me pidieron que explicara en qué consiste el Mecanismo de Solidaridad y su importancia. Por esto pido disculpas, entiendo que son pocas las personas que saben exactamente de qué se trata esta materia, pues es una institución del fútbol que opera un tanto en la oscuridad al ser un tema netamente jurídico.
Bueno, la Contribución de Solidaridad es una institución normativa que creó FIFA para el fomento y la promoción de la formación de futbolistas. Está tratada en el Art. 21 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores (RETJ) y, especialmente, en el Anexo 5 de dicho reglamento. Su importancia actual es enorme, pues se aplica a cada transferencia hasta el final de la carrera del jugador y, de esa manera, un club -por pequeño o desconocido que sea- verá compensado sus esfuerzos en la formación de jugadores con un porcentaje de cada transferencia del futbolista en cuestión.  
Propiamente tal, la solidaridad consiste en que en toda transferencia onerosa internacional de un jugador, el 5% del monto total debe ser retenido por el nuevo club -que paga- y repartirlo proporcionalmente entre todos los clubes que educaron y entrenaron al futbolista en cuestión desde los 12 a los 23 años. El porcentaje que reciba cada club dependerá de la cantidad de años/temporadas que lo haya tenido en su redil, y se dividen según lo siguiente:
- Desde los 12 a los 15 años se otorga a cada temporada un 0,25%, por lo tanto en esos primeros 4 años se reparte un 1%. Ello, ya que se considera que en esa edad la inversión realizada no es tan grande.
- Desde los 16 en adelante, se calcula un 0,5% por cada temporada, es decir, el 4% restante.
Por consiguiente, lo esencial es que se dé una transferencia (definitiva o a préstamo) internacional, esto es, de dos clubes de asociaciones distintas (igualmente FIFA dispone que cada asociación establezca un mecanismo interno, aunque pocos lo han hecho, lamentablemente). Y, fundamentalmente, que la transferencia sea onerosa, esto es, que el nuevo club pague un precio en la contratación del respectivo jugador.
De esta manera, en el ejemplo de la columna anterior –caso Zárate- lo trascendental era determinar si existía o no una transferencia, transacción que se llevó a cabo tras una rescisión unilateral del contrato de trabajo por parte del jugador. Sin embargo, como se realizó mediante la ejecución de una cláusula rescisoria, una disposición contractual, acuerdo expreso bilateral entre las partes contratantes, se entiende que sí concurrieron las voluntades necesarias para perfeccionar la transferencia.
Así, concluyendo, espero que esto sirva para explicar un poco más profundamente una institución del fútbol que resulta fundamental para los clubes formadores, especialmente para aquellos de Latinoamérica y África que ven como sus jóvenes estrellas parten tempranamente a ligas con mayor poder económico. Los altos sueldos, las luces, estadios y campeonatos hacen irresistible la partida para el futbolista e imposible para el club de origen competir contra esas ofertas. De la misma manera, muchas veces se ven recompensados clubes prácticamente desconocidos, instituciones amateurs, de barrio, que tuvieron la dicha y la gracia de entregar las primeras herramientas a un niño que posteriormente se transformaría en futbolista profesional o en una mega estrella.

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