lunes, 30 de enero de 2012

A 40 años del 'Bloody Sunday'

Hace exactamente 40 años, un frío domingo en Derry, Irlanda del Norte, el ejército británico abría fuego contra una manifestación pacífica y mataba a 14 personas, dejando a varios más heridos.

Los dejo con este gran homenaje de U2. Que nunca más vuelvan a ocurrir estas cosas.



Si quiere saber más de los hechos de ese fatídico día, y del contexto que rodeó esta fecha, vaya a al siguiente link: http://es.wikipedia.org/wiki/Domingo_Sangriento_(1972) Viva wikipedia!

domingo, 29 de enero de 2012

Reforma electoral: Un cambio más profundo

--Gran columna de José Luis Widow, a través de VivaChile.org--



Hace pocos días Carlos Larraín e Ignacio Walker, presidentes de Renovación Nacional y de la Democracia Cristiana respectivamente, han presentado un documento que delinea algunos aspectos que debiera recoger una reforma al sistema electoral.

Hay algunos puntos de su sugerencia que creo son interesantes, pero otros, me parece, podrían condenar a Chile a seguir empantanado en los mismos problemas que arrastra desde hace varios años: indiferencia respecto del bien común, baja participación política, descrédito generalizado del sistema y de los actores políticos.

El documento que presentaron es una respuesta a una inquietud generalizada, principalmente entre los políticos, que han visto cómo, día tras día, tanto la adhesión o cercanía a sus partidos como su propia popularidad caen a niveles paupérrimos. Entre ellos existe el deseo de que esta situación se revierta y que, al menos según el discurso expreso, la población vuelva a interesarse en los problemas comunes y que, consecuentemente, participe en las decisiones políticas. Para lograr este objetivo se propone cambiar el sistema binominal existente por otro proporcional, corregido o no.

A mi me parece que la indiferencia respecto del bien común tiene dos grandes causas. Una que tiene que ver –¡otra vez!– con la educación, pues se trata de la formación de la subjetividad mediante las virtudes, y otra no con el sistema electoral, sino con la oligarquía para la cual éste existe.

La primera causa tiene que ver, decíamos, con la subjetividad, con el interior de las personas. El problema está en que el interés de muchos hoy en día apenas si sale del reducido claustro de la propia individualidad, y si lo hace, llega hasta muy poco más allá. Desde luego no pareciera alcanzar para gastar tiempo, esfuerzos y recursos en asuntos que parecieran tocar, si es que lo hacen, muy indirectamente el mundo privado, como es el caso de tantos que tienen que ver con el bien común político. No es raro que esto suceda, pues es lo que la sociedad viene enseñando hace tiempo mediante sus ejemplos, sus prédicas y sus omisiones. La crisis radical en que está la familia, sea porque no existe de ninguna manera (la mayoría de los niños no nace dentro de ella, porque no es verdad la majadería de que hay muchas formas de familia), sea porque en ella los padres han renunciado por egoísmo –por estar demasiado preocupados de sus propias vidas– a educar a sus hijos, sea simplemente porque no saben hacerlo producto de sus propias debilidades y carencias, no permite a los jóvenes aprender que la felicidad está en servir a otros y no en servirse de otros, que una buena vida está en la donación amistosa y no en la demanda exigente de beneficios y comodidades. Tampoco los jóvenes aprenden que la vida no es Jauja si es que en los colegios, liceos y escuelas aprenden que no están sujetos a autoridad, que pueden hacer casi todo lo que les place, que en muchas materias morales no hay exigencia ninguna. ¿Por qué pedirles después que se interesen por el bien público? Suena casi ridículo, o peor, estúpido. Los jóvenes tampoco aprenden que ciertas virtudes deben adquirirse con el esfuerzo perseverante si los intelectuales les están predicando permanentemente que la moral es un asunto privado y que lo que se les exige es que cumplan la ley. ¿Es que acaso el orden social exterior es separable del interior? ¿Es que el orden público y el privado son compartimentos estancos que ninguna comunicación tienen entre sí? ¿Es que hay buenos ciudadanos que a la par sean malas personas? Por otro lado, ¿qué se está enseñando con el ejemplo? Ni hablar de los ejemplos provenientes de la “farándula”. Toc-toc y suena vacío, con lo tremenda que es una vida vacía. ¿Y los ejemplos predominantes en el mundo del trabajo donde pareciera que el éxito y el forrarse de dinero son los únicos criterios para juzgar el esfuerzo? Si socialmente se enseña a los jóvenes que lo que importa es la pinta, la profesión –sólo algunas son dignas, por cierto–, el éxito económico, el ingreso a las redes de los poderosos, ¿por qué esperar luego que se interesen en problemas que nunca les enseñaron que también eran de ellos?

Mientras no se corrija la educación de manera que se vuelvan a enseñar las virtudes fundamentales que sacan a las personas de su ensimismamiento individualista no habrá reforma al sistema político y electoral que pueda lograr algún resultado.

La segunda causa de la indiferencia respecto del bien común y de la baja participación política me parece que está en que el sistema político y, con él, el electoral, sin importar si es binominal o proporcional, está hecho para mantener un cierto statu quo que es el de la oligarquía de los partidos políticos. El régimen democrático moderno –post revolución francesa– por causas históricas bien definidas pero que no podemos reseñar acá, definió como nefasta toda participación política que proviniera de grupos sociales distintos del Estado. La razón fue que se identificó Estado, sociedad y bien común. El Estado por un lado y los individuos por el otro son los dos elementos fundamentales de la sociedad democrática moderna. Los partidos políticos, en este contexto, tienen por objetivo hacerse del Estado y por medio, reunir individuos con los que se logre el objetivo. El problema está en que de esta manera el sistema político se funda directamente en el desconocimiento de todos los lazos naturales que unen a las personas en otras sociedades antes de su pertenencia al Estado. El sistema político se funda en la subsunción de la sociedad en el Estado. El sistema electoral actual es reflejo de esto. Son los individuos en cuanto tales los que eligen sus gobernantes. Está definido que elegirán mal si los anima un bien que es diverso del de ese Estado-sociedad-bien común. De allí que alguien cuya participación política proviene de la sociedad de familias que constituye el barrio –aldea diría Aristóteles–, o de la asociación de barrios que constituye la ciudad, o del gremio profesional, etc. será por definición un cáncer que hay que extirpar. Los únicos voceros, intérpretes y difusores del real interés del Estado serán los partidos políticos. El sistema electoral se confecciona para eso: para que sean los partidos los que monopólicamente dispongan de quiénes serán los que ocuparán los cargos del Estado.

Así las cosas, lo que ocurre con nuestro sistema electoral y político es que corre por un canal paralelo, distante, ajeno al de la vida real de las personas. ¿Qué interés puede haber entonces en participar? Lo que hay que quebrar con una reforma al sistema electoral es el monopolio de los partidos, descentralizando el poder y devolviéndolo a los diversos grupos que conforman la sociedad real para que desde ellos actúen las personas. Esto tiene más posibilidades de devolver la política a sus fueros.

Me parece que un buen punto de partida es que cualquier reforma electoral parta incluyendo la vida política propia de los barrios. Por supuesto, esto supone no sólo una reforma a la ley electoral, sino que también debiera incluir, si se quiere que sea una reforma real, la ley de presupuesto, pues no hay verdadera descentralización de nada si es que los recursos los sigue administrando un Estado omnipresente y todopoderoso –como es el moderno– que puede dejar sin comer a quien no se pliegue sumiso a sus propios deseos. La vida política de los barrios que no es sólo la electoral sino también la que tiene que ver con las decisiones relativas a la vida en común de las familias –entre elecciones–, debe estar conectada legalmente con la de la ciudad, para que así su gobierno no recaiga sobre individuos abstractos, sino sobre ciudadanos reales cuya verdadera vida no existe sin los lazos sociales que tejen naturalmente.

De esta manera la vida política para el ciudadano de a pie dejará de ser exclusivamente la participación de tarde en tarde en una votación en la que, la mayoría de las veces, estará condenado a elegir a alguien que no es de su gusto –es lo menos malo– y que no lo representa a él, sino al partido. La vida política será cotidiana, su suerte quedará ligada a la de la vida también cotidiana de las personas reales.

Creo que si no es así, desde luego la reforma electoral no causará las maravillas que se esperan de ella y, además, después de unos años lo único que producirá será nostalgia des pasado sistema.

martes, 17 de enero de 2012

El niño que quitó la sed a medio millón de africanos

Gracias a Dios es posible encontrar ejemplos de vida que sorprenden día a día; personas que con una mirada trascendente se olvidan por un minuto de sí mismos y hacen lo posible por ayudar a alguien que lo necesite. Oportunidades para que todos lo hagamos, sobran, veces en que esto se concreta... Por esta razón, en el día de hoy quisiera compartir la historia de un niño -hoy joven de 18 años- que conmovido por el sufrimiento de un pueblo, quiso hacer lo que tuviera a mano para poder ayudarlos. Sin más preámbulo los dejo con la historia de Ryan Hreljac, el niño que quitó la sed a medio millón de africanos -y lo sigue haciendo-.

-Vía Luis Castellanos (reflexionesdiarias.wordpress.com -@lrcastellanos)


Ryan nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene 18 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su maestra les habló de cómo vivían los niños en África.

Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua, pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas…

Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.

Cuando llegó a su casa fue directo a su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería… y lo hizo.

Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo.

En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.

Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.

Así Ryan conoció a Akana; un chico que había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.


A día de hoy Ryan –con 18 años- tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.

domingo, 1 de enero de 2012

Simplemente Fútbol

Simplemente Fútbol es un programa de ESPN conducido por Quique Wolff, pero lejos lo mejor que tiene son sus canciones de apertura con unos cortos de videos impresionantes. Los dejo con esto y disfruten, es simplemente... fútbol.

La Mosca:



Memphis La Blusera (2008):



Ignacio Copani: