viernes, 27 de noviembre de 2015

Crisis Institucional en el Fútbol Chileno: Caos y Posibles Soluciones

Por José Tomás Valenzuela | @elBolillo_

Crédito: Agencia Uno
A pesar de ser el mejor año (deportivamente) de la Federación de Fútbol de Chile, tras obtener por 1ª vez la ansiada Copa América, diversos hechos recientes han demostrado que el éxito de la selección nacional es sólo una fachada de la grave crisis interna –directiva, institucional y estructural– que sufre el fútbol chileno.

Ahora bien, el caso particular del ex presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y la Federación de Fútbol de Chile, Sergio Jadue, es una bomba que indefectiblemente producirá graves daños a la imagen y estructura del fútbol chileno. De un día para otro, y en medio de la disputa de importantes partidos clasificatorios al próximo Mundial, el Sr. Jadue viajó (o huyó) a Estados Unidos para colaborar con el FBI y la justicia de ese país, acogiéndose a una delación compensada para rebajar una posible condena criminal. Resulta que el ex presidente sí estaba involucrado en el Fifagate (contrario a lo que había recontra jurado) y tendría varios millones de dólares en cuentas en paraísos fiscales. Pero aun tiene el descaro de renunciar, a regañadientes, sólo después de que se lo exigió el Consejo de Presidentes de los clubes miembros de la ANFP.

No obstante, y por si fuera poco, hace apenas unos meses el Ministerio de Justicia –organismo encargado de fiscalizar las corporaciones sin fines de lucro como la ANFP– le había señalado que la última reforma estatutaria sería ilegal. En ella, entre otras cosas, se fijaron remuneraciones para el presidente y demás miembros del directorio de la ANFP, lo cual contraviene los artículos 551 y siguientes del Código Civil que prohíben distribuir utilidades y establecer remuneraciones a los socios y directores. Inclusive, esta semana fiscalizadores de dicho ministerio se apersonaron en las oficinas de la ANFP solicitando documentos y registros contables, ¡pero se les prohibió el ingreso! Ante lo ocurrido –y frente a las posibles sanciones que van hasta la pérdida de la personalidad jurídica–, desde la Asociación se indicó que el impase se produjo por un “error de comunicación”, asegurando estar a completa disposición de la justicia. Otro que expuso problemas en la entrega de información fue Ramiro Mendoza, ex Contralor General de la República, nombrado auditor externo de la ANFP cuando explotó el caso Fifagate allá por junio de este año.

Para mayor inri, estas semanas son claves para determinar si la ANFP hará uso de la opción de compra del 20% que le resta para obtener la totalidad de la propiedad del CDF (Canal del Fútbol). El próximo 31 de diciembre de 2015 vence el plazo para pagar la millonaria suma estimada en USD 19 millones. Para ello se está en plena etapa de evaluación y negociación con empresas inversionistas, y como si no fueran tiempos suficientemente difíciles, Fox Sports –la adjudicataria favorita– acaba de retirar su oferta por el caos generado con la actual crisis, que tiene a una ANFP sin un directorio definido con el cual negociar. El CDF siempre ha sido un tema crítico en la ANFP; desde que el negocio reporta millonarios dividendos, la lucha por el reparto de los excedentes ha sido encarnizada. Basta recordar el caso de Harold Mayne-Nicholls en tiempos que su excelente gestión con el CDF, la recuperación del espectáculo y de la selección en la era Bielsa hacían prever una fácil reelección, pero su postura chocaba con la de los clubes “grandes”, lo que derivó en una infeliz novela que terminó con Jadue asumiendo de rebote.

Lo peor de esta historia es que nadie se ha sorprendido con el devenir de los acontecimientos actuales. Es generalizada la opinión pública de que se tienen que ir todos, de que es necesario un cambio total no solo de los directores en la Asociación, sino también en los respectivos clubes, que se reformen los estatutos abriendo la ANFP a gente externa en el directorio, en su auditoría y fiscalización, en una administración general profesional, etc. En efecto, de no concretarse la compra del CDF quedará demostrado como la desorganización, descontrol y falta de seriedad de los dirigentes hará perder una oportunidad histórica para fortalecer la economía del fútbol chileno y asegurarse la propiedad y administración de un negocio como el CDF cuya rentabilidad crece sostenidamente en el tiempo.

La ANFP (al igual que FIFA) es un ente privado, autónomo, cerrado que no se ha adecuado a la Ley 19.017 del Deporte, por tanto no es objeto de los requerimientos que dicha norma establece ni de la fiscalización que esa ley encargó en el IND[1] (hoy Ministerio del Deporte). Igualmente, en la práctica tampoco le aplica la Ley 20.019 de SADP[2], pues ésta rige a los clubes, mas no a la Asociación/Federación que las acoge, por ende la SVS no la puede controlar. Y puesto que la ANFP no es una sociedad anónima ni la rige la Ley del Deporte, escapa de los requisitos y funciones que la Ley 20.019 prescribe, al no existir un organismo que tengas atribuciones efectivas y eficientes de fiscalización sobre aquélla. Así, sólo queda el Ministerio de Justicia que recién ahora está actuando, pero que tampoco tiene las herramientas para efectuar certera y eficientemente el control necesario.

Más aún, de meterse más el Estado, FIFA raudamente pondría el grito en el cielo por la prohibida influencia estatal y amenazaría con la temida suspensión de la Federación de competencias oficiales. Y no hay gobierno que soporte la presión popular de dejar a su selección (a su país) sin Mundial. Así, depende sólo de la ANFP y sus socios aplicar las reformas necesarias.

Por su parte, la estructura jurídica en que está construida la institucionalidad del fútbol chileno es otro elemento que conduce a problemas, pues las ligas (Asociación) no están separadas de la Federación y dejan al fútbol amateur (ANFA) en un lugar más oscuro, más cerrado, con pocos recursos y aún menor fiscalización.

Consiguientemente, es vital que el cambio parta por ahí, diseñando una estructura distinta en que la Federación, como ente superior, sea el principal control interno en el esquema del fútbol, separado de la Asociación de clubes profesionales, que se encargue de las Selecciones Nacionales. Además, que se preocupe en mayor medida, con más publicidad, transparencia y recursos del desarrollo del fútbol de base, de los clubes y jugadores aficionados, fortaleciendo así este deporte en toda la comunidad y en lugares en que el fútbol profesional no llega.

Otra medida importante, sería la creación o transformación de la ANFP en una empresa, una sociedad anónima que se preocupe de hacer crecer el negocio del fútbol y el desarrollo sustentable y sostenible de sus socios –los clubes–, bajo una administración más abierta y transparente, y bajo la atenta fiscalización y control de la SVS, con balances públicos, mejor manejo de las marcas que componen el fútbol chileno, la misma ANFP, etc. Los clubes tienen que entender que son socios de un mismo negocio y que sólo se enfrentan en la cancha.

Actualmente son muchas las entidades públicas y privadas, nacionales e internacionales que luchan contra graves problemas de credibilidad por distintos casos de corrupción u otros escándalos diferentes. Por ello la opinión pública y las comunidades respectivas exigen funcionamientos éticos, control y supervisión efectivos e independientes, elecciones directivas limpias, en fin, total transparencia. Eso es lo que pide y necesita el fútbol chileno, y de tomar las medidas adecuadas los primeros y grandes beneficiados serán los propios dirigentes, y luego todo el país (y el mundo) les estará agradecidos infinitamente. Pero como todo en la vida, la mezquindad muchas veces impide ver el camino correcto y más fructífero; esperemos que éste no sea el caso.
                                             



[1] Instituto Nacional de Deportes de Chile del Ministerio del Deporte.
[2] Ley (2005) que obligó a todos los clubes de fútbol profesional a convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales (SADP), rigiéndose por esa ley y por la fiscalización y control de la SVS y del IND.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Suazo vs Colo-Colo, ¿nuevo gol del Chupete?


Crédito: Agencia Uno
Como es de público conocimiento, hace unas semanas José Luis Sierra, DT de Colo-Colo, decidió reemplazar a Humberto "Chupete" Suazo cuando faltaban poco más de 20' para que terminara el partido en que empataban –con uno menos– frente a San Marcos de Arica. Esa decisión no gustó para nada al calvo goleador, y se lo hizo saber inmediatamente al entrenador y cuerpo técnico con fuertes insultos. Tales hechos a pesar de ser nefastos, ordinarios y repudiables, son muy comunes en el fútbol y suelen resolverse internamente, a veces con alguna sanción deportiva o económica, con una previa aclaración correspondiente entre los involucrados. Ello fue justamente lo que buscó Sierra al citar a Suazo a una reunión al día siguiente. Sin embargo, Chupete se negó a ir señalando "no hablo con mediocres".

La reacción de Sierra y su cuerpo técnico no se hizo esperar y le comunicó a la dirigencia que no contaba más con Suazo y, en una práctica tan habitual como ilegal dentro del fútbol, habría decidido separarlo del plantel. Pero antes que ello se efectuara, los directivos eligieron tomar un camino más extremo aún y terminar unilateralmente el contrato del futbolista por la causal de incumplimiento grave de las obligaciones del contrato (Art. 160 N° 7 del Código del Trabajo). Más aún, en las conversaciones con el agente del delantero las partes tampoco llegaron a acuerdo en el monto de indemnización, anunciándose que el tema se resolvería en instancias judiciales.

Si se analizan los incidentes específicos que gatillaron este caso, un supuesto insulto de Humberto Suazo –en caliente tras ser reemplazado– y negarse a una reunión posterior con el DT, a priori, difícilmente constituirían por sí solos un incumplimiento contractual de carácter grave, considerando que la carga probatoria recae exclusivamente en Colo Colo. Asimismo, como la ley laboral no señala qué se entiende por grave, es el juez quien lo debe determinar en relación a las pruebas que presente el empleador sobre los hechos, el historial del trabajador, el contexto, las atenuantes y agravantes, etc. Adicionalmente, para que una rescisión de este tipo tenga resultados propicios para Colo Colo, se requieren pruebas concretas y contundentes que limiten la subjetividad del caso en cuanto a la interpretación del juez, pues, además, en Chile los tribunales laborales tienden a fallar a favor de los trabajadores en un 70-80%.

En efecto, las implicancias y características de este caso lo hacen muy delicado. Además de tratarse de uno de los mejores jugadores chilenos y de Colo Colo de la última década –sino de todos los tiempos–, y de las figuras de un plantel en plena lucha por el campeonato, Suazo era el mayor sueldo del camarín albo: alrededor de $42 millones de pesos mensuales. Al contrato le restaban 8 meses de vigencia, es decir, un total de $336 millones de pesos.

Más allá de que la actitud del jugador es repudiable, en mi opinión el camino y la estrategia que ha tomado el club no es la mejor. La máxima dice que es preferible siempre un mal acuerdo a un buen juicio, y a lo drástico de la decisión se suma lo rápido o apresurado con que se zanjó por parte de Blanco y Negro. Es muy probable que los insultos y la falta de respeto para con el entrenador no sean la única razón que motive el despido, sino que haya sido la última falta tolerable y que en conjunto sumen un "incumplimiento grave", jurídicamente hablando y bajo las premisas ya expuestas. Sin perjuicio de lo anterior, todavía es posible llegar a un acuerdo económico previo a una sentencia que, de llegar a ese punto, dejará muchos heridos, especialmente en el club.

Por su parte, deportivamente no parece ser la decisión más sabia, tanto por la repercusión mediática y emocional en la hinchada, prensa, jugadores históricos y auspiciadores, pero principalmente en el resto de los jugadores. El club está en plena lucha por el campeonato y un tema como este sólo puede afectar negativamente al plantel, ya sea dividiéndolo, alejándolo del cuerpo técnico o simplemente desconcentrándolo, y muestra de ello son el público apoyo a Chupete de figuras como Paredes, Valdés y Fierro, o el descontrol de los jugadores en cancha que suman expulsiones en los últimos 4 partidos.

La línea que separa a un jugador de ídolo y modelo a “vaca sagrada” es muy fina, y el trato que deben tener los clubes con este tipo de jugadores siempre es muy delicado, pues éstos muchas veces abusan de su imagen, fama y llegada que han conseguido con la hinchada. Es un reto que los clubes deben asumir con presteza, habilidad y valentía, especialmente en el plano comunicacional, analizando detalladamente las consecuencias económicas, mediáticas y deportivas de sus decisiones para no terminar convirtiéndose en los malos de la película, afectando seriamente su relación con terceros interesados y la imagen del club.


Consiguientemente, este caso es un partido de diversos frentes para Colo Colo, de incierto panorama y con aristas que podrían propinarle derrotas muy dolorosas; el tiempo dirá como resuelve esta bomba. No será fácil, menos sin una importante pieza como Humberto Suazo.