miércoles, 4 de noviembre de 2015

Suazo vs Colo-Colo, ¿nuevo gol del Chupete?


Crédito: Agencia Uno
Como es de público conocimiento, hace unas semanas José Luis Sierra, DT de Colo-Colo, decidió reemplazar a Humberto "Chupete" Suazo cuando faltaban poco más de 20' para que terminara el partido en que empataban –con uno menos– frente a San Marcos de Arica. Esa decisión no gustó para nada al calvo goleador, y se lo hizo saber inmediatamente al entrenador y cuerpo técnico con fuertes insultos. Tales hechos a pesar de ser nefastos, ordinarios y repudiables, son muy comunes en el fútbol y suelen resolverse internamente, a veces con alguna sanción deportiva o económica, con una previa aclaración correspondiente entre los involucrados. Ello fue justamente lo que buscó Sierra al citar a Suazo a una reunión al día siguiente. Sin embargo, Chupete se negó a ir señalando "no hablo con mediocres".

La reacción de Sierra y su cuerpo técnico no se hizo esperar y le comunicó a la dirigencia que no contaba más con Suazo y, en una práctica tan habitual como ilegal dentro del fútbol, habría decidido separarlo del plantel. Pero antes que ello se efectuara, los directivos eligieron tomar un camino más extremo aún y terminar unilateralmente el contrato del futbolista por la causal de incumplimiento grave de las obligaciones del contrato (Art. 160 N° 7 del Código del Trabajo). Más aún, en las conversaciones con el agente del delantero las partes tampoco llegaron a acuerdo en el monto de indemnización, anunciándose que el tema se resolvería en instancias judiciales.

Si se analizan los incidentes específicos que gatillaron este caso, un supuesto insulto de Humberto Suazo –en caliente tras ser reemplazado– y negarse a una reunión posterior con el DT, a priori, difícilmente constituirían por sí solos un incumplimiento contractual de carácter grave, considerando que la carga probatoria recae exclusivamente en Colo Colo. Asimismo, como la ley laboral no señala qué se entiende por grave, es el juez quien lo debe determinar en relación a las pruebas que presente el empleador sobre los hechos, el historial del trabajador, el contexto, las atenuantes y agravantes, etc. Adicionalmente, para que una rescisión de este tipo tenga resultados propicios para Colo Colo, se requieren pruebas concretas y contundentes que limiten la subjetividad del caso en cuanto a la interpretación del juez, pues, además, en Chile los tribunales laborales tienden a fallar a favor de los trabajadores en un 70-80%.

En efecto, las implicancias y características de este caso lo hacen muy delicado. Además de tratarse de uno de los mejores jugadores chilenos y de Colo Colo de la última década –sino de todos los tiempos–, y de las figuras de un plantel en plena lucha por el campeonato, Suazo era el mayor sueldo del camarín albo: alrededor de $42 millones de pesos mensuales. Al contrato le restaban 8 meses de vigencia, es decir, un total de $336 millones de pesos.

Más allá de que la actitud del jugador es repudiable, en mi opinión el camino y la estrategia que ha tomado el club no es la mejor. La máxima dice que es preferible siempre un mal acuerdo a un buen juicio, y a lo drástico de la decisión se suma lo rápido o apresurado con que se zanjó por parte de Blanco y Negro. Es muy probable que los insultos y la falta de respeto para con el entrenador no sean la única razón que motive el despido, sino que haya sido la última falta tolerable y que en conjunto sumen un "incumplimiento grave", jurídicamente hablando y bajo las premisas ya expuestas. Sin perjuicio de lo anterior, todavía es posible llegar a un acuerdo económico previo a una sentencia que, de llegar a ese punto, dejará muchos heridos, especialmente en el club.

Por su parte, deportivamente no parece ser la decisión más sabia, tanto por la repercusión mediática y emocional en la hinchada, prensa, jugadores históricos y auspiciadores, pero principalmente en el resto de los jugadores. El club está en plena lucha por el campeonato y un tema como este sólo puede afectar negativamente al plantel, ya sea dividiéndolo, alejándolo del cuerpo técnico o simplemente desconcentrándolo, y muestra de ello son el público apoyo a Chupete de figuras como Paredes, Valdés y Fierro, o el descontrol de los jugadores en cancha que suman expulsiones en los últimos 4 partidos.

La línea que separa a un jugador de ídolo y modelo a “vaca sagrada” es muy fina, y el trato que deben tener los clubes con este tipo de jugadores siempre es muy delicado, pues éstos muchas veces abusan de su imagen, fama y llegada que han conseguido con la hinchada. Es un reto que los clubes deben asumir con presteza, habilidad y valentía, especialmente en el plano comunicacional, analizando detalladamente las consecuencias económicas, mediáticas y deportivas de sus decisiones para no terminar convirtiéndose en los malos de la película, afectando seriamente su relación con terceros interesados y la imagen del club.


Consiguientemente, este caso es un partido de diversos frentes para Colo Colo, de incierto panorama y con aristas que podrían propinarle derrotas muy dolorosas; el tiempo dirá como resuelve esta bomba. No será fácil, menos sin una importante pieza como Humberto Suazo.

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