viernes, 22 de julio de 2022

Basta de prohibicionismo en el deporte

 He seguido con preocupación las últimas semanas el asunto de las casas de apuestas deportivas online en Chile, y su relación con los clubes nacionales de fútbol profesional. Es un tema muy relevante que, creo, se está tratando y buscando resolver de forma equivocada.

 

En Chile la industria del juego y las apuestas es excepcionalmente legal. Es decir, esta industria es en general ilegal y su explotación está restringida a ciertas entidades autorizadas por ley: la Polla Chilena de Beneficencia (Xperto, Loto, etc.), Lotería de Concepción (Kino y otros), los hipódromos (Teletrak), casinos y cruceros turísticos, quienes tienen un monopolio legal del rubro. Por tanto, cualquier otro sitio web que opere u ofrezca juegos de azar y apuestas online en Chile está en la ilegalidad, como Betway, Coolbet, Bet365, etc., empresas internacionales que sí aceptan apuestas desde Chile. Así, éstas son las Uber y Cabify del mundo de las apuestas.

 

Otro pelo a la sopa es que algunas de estas empresas han firmado acuerdos comerciales con clubes de fútbol profesional a través de, entre otros, Vibra, agencia de marketing de propiedad de Fernando Felicevich. Y ¿cuál es el problema? Que es un agente de jugadores con muy mala prensa en Chile y al que se le ha acusado sistemáticamente (sin pruebas y en base a rumores) de tener una influencia indebida en clubes nacionales y hasta de armar la selección nacional.

 

Asimismo, para coronar el asunto, hoy se discute en el Congreso un proyecto de ley que busca prohibir la publicidad relacionada a casas de apuestas en actividades deportivas. Esta se sumaría a la prohibición legal de publicidad de bebidas alcohólicas en el deporte, actualmente vigente.

 

Ahora bien, estas líneas no son una defensa corporativa de la industria de las apuestas ni menos del referido agente de jugadores. Sino un punto de vista para tratar el tema desde otro ángulo y resolver el problema de forma útil y constructiva.

 

Efectivamente, es fundamental que el funcionamiento de las casas de apuestas internacionales en Chile –no sólo las deportivas– sea regulado y se dote a la Superintendencia de Casinos de Juego con todas las herramientas para su control y fiscalización. Porque es una industria con muchas externalidades negativas sociales, como el vicio, el vínculo con el crimen organizado, y que el deporte sufre en especial con el arreglo de partidos. En tal sentido, también la Federación de Fútbol y la ANFP deberían crear protocolos y campañas para prevenir el arreglo de partidos, entre los diferentes temas que tienen pendientes.

 

Sin embargo, el mayor problema está en la medida que se impulsa desde el Poder Legislativo, la que cae en un simple prohibicionismo que corta por lo sano, que no soluciona el problema de fondo y que afecta gravemente a la industria deportiva. Por el contrario, en Chile urge fomentar, simplificar y facilitar la inversión en el deporte desde todo ámbito. Tanto para contrarrestar las cifras alarmantes de sedentarismo y obesidad en la población, dotar de cultura deportiva al país –ciudadanos e instituciones– y mejorar los resultados en el alto rendimiento, por ejemplo, el desempeño de clubes en copas internacionales y el recambio en la selección.

 

Este último punto, así como varios otros males de nuestro fútbol, ha sido ampliamente criticado y discutido por los medios y ciudadanía, pero rara vez con visión constructiva, diagnósticos de causas claras ni menos propuestas concretas de mejora. En cambio, una industria como la del juego y las apuestas (y el entretenimiento en general) que está invirtiendo fuertemente en el deporte en todo el mundo, en vez de apartarla, debe ser atraída y bienvenida, poniéndole límites adecuados y llevándola a que sea parte de la solución y no del problema.

 

Así, en vez de prohibir su presencia en el deporte, sería mucho mejor que ayude clara y fuertemente en la prevención, control y fiscalización de sus externalidades negativas. Estas empresas son aliados naturales e ideales para fomentar la transparencia, fair-play financiero y el juego responsable; para atacar malos hábitos; ahuyentar al crimen organizado de esta industria y empujar a la profesionalización del deporte y orientarlo más hacia el entretenimiento, único lugar donde puede ser autosustentable. De hecho, se haría un gran favor al deporte y la sociedad que se hiciera algo parecido con las bebidas alcohólicas ¿O acaso dicha prohibición ha ayudado en algo a que en Chile se tome menos y/o de forma más responsable?

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